Erase una vez una niña muy pequeñita que fue de compras una tarde de Navidad con su mamá.
Ese día Mara había actuado en la función de su colegio disfrazada de pastorcilla y estaba muuuy cansada.
Entraron en una preciosa tienda donde las dependientas eran lindas princesas y había una hermosa cama vestida con los edredones y cojines mas bonitos del mundo.
A Mara los ojitos se le cerraban, se tumbó en la cama y muy calentita se quedó dormida hasta que su mamá entregó la carta de los Reyes Magos a las amables princesas.
- ¡Mara despierta! dijo su mamá.
- No, déjala dormir, dijo la princesa más sabia (Irene).
- Está soñando con sus ovejitas, dijo la princesa más bella (o sea, yo...).
Y la niña se despertó.
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