Toda celebración necesita una tarta y para un aniversario queríamos una gran tarta.
Una tarta que resumiera en azúcar estilo e ilusión.
Sólo había una persona capaz de hacerlo, alguien que conociera el diseño de Monnalisa, que tuviera la tenacidad y la delicadeza de diseñar y realizar un gran tarta.
Se llama Blanca Villamor, mamá, ¡como no! de dos duendes pequeños.
Se lo propuse y aceptó el reto, la libertad total de creatividad genera perchas de azúcar, vestidos, botitas, botones lazos y tules...
Un trabajo de 100 horas de una diseñadora de tartas, escultora de azúcar.
Blanca Villamor, no tenemos palabras.
Ahí van los detalles... ¡ojo que engordan!.